El líder republicano Donald Trump salió furioso del tribunal de Nueva York el viernes donde se escuchaban los alegatos finales del juicio por difamación iniciado por la escritora E. Jean Carroll, quien le acusa de haber arruinado su reputación.
El expresidente (2017-2021) abandonó la sala cuando la Fiscalía presentó sus alegatos en este caso que Trump considera parte del complot del Partido Demócrata para impedir su regreso a la Casa Blanca si gana los comicios de noviembre.
Carroll, escritora y periodista de 80 años, reclama al republicano 10 millones de dólares por daños a su reputación tras declaraciones efectuadas en 2019 por el entonces presidente, luego que ella publicara un libro y un artículo en los que aseguraba que el magnate inmobiliario la había violado en unos grandes almacenes en la década de 1990.
Trump, que suele tildarla de "tarada" o "enferma", aseguró entonces que la periodista "no era su tipo" y que había inventado la violación para "vender su nuevo libro". "Destrozó mi reputación", dijo en el juicio la escritora.
Tras los alegatos finales, el jurado empezará las deliberaciones para determinar si hubo difamación y establecer en ese caso, el monto que tendrá que abonar a la escritora.
En mayo del pasado año, otro jurado había hallado culpable al republicano de agresión sexual y difamación por lo que fue condenado a pagarle 5 millones de dólares a Carroll , aunque el magnate apeló el fallo.
Ante la insistencia por subir a la tribuna para defenderse, Trump pudo hacerlo finalmente el jueves, pero el juez instructor Lewis Kaplan limitó su intervención a tres preguntas que tenía que contestar por un sí o un no.
"Esto no es Estados Unidos", bramó el multimillonario cuando abandonaba la sala del tribunal visiblemente enfadado.
El miércoles por la noche, en su plataforma Truth Social, Donald Trump lanzó una andanada de improperios contra su denunciante. El magnate reiteró que "no la había visto en su vida", pese a que en el primer juicio, la defensa de Carroll presentó una foto en la que ambos aparecen sonrientes, con sus respectivas parejas de la época.
Este es uno de los múltiples frentes judiciales que aguardan al expresidente en plena carrera electoral este año. El republicano lo tilda de "caza de brujas" para obstaculizar su anhelado regreso a la Casa Blanca.
Sobre él penden 91 acusaciones penales en varios tribunales, la mayoría relacionadas con sus intentos de mantenerse en el poder tras las elecciones de hace cuatro años que ganó el demócrata Joe Biden, cuya victoria sigue sin reconocer.