Su salida del país no afecta a las investigaciones abiertas por las fiscalías de España y Suiza por los movimientos opacos de dinero de dudosa procedencia
República de la Verdad. España.- Después de que este lunes transcendiese la noticia de que el rey emérito Juan Carlos I de España había decidido trasladar su residencia fuera del país, varios medios españoles ya dan por confirmado que que se encuentra en República Dominicana y que se habría marchado solo, sin la compañía de su esposa la reina Sofía.
Al parecer, según las fuentes periodísticas, cuando la Casa Real hizo pública la misiva en la que el exmonarca comunicaba a su hijo y sucesor sus intenciones, Juan Carlos de Borbón ya había iniciado el viaje. Una ruta que le habría llevado primero a Sanxenxo, un municipio de Galicia, al norte del país; después a Oporto, en Portugal; y desde allí a tomar un avión en dirección a la nación caribeña.
Según estas informaciones, el rey emérito ya estaría en su nuevo país de residencia, un lugar que aparecía en todas las quinielas cuando se comenzó a especular en que el’exilio voluntario’sería una de las salidas barajadas para preservar la institución de la Corona.
La salida elegida: el ‘autoexilio’
Desde que en 2012 la opinión púbica española se despertara con el escándalo de la caída del entonces rey Juan Carlos I mientras disfrutaba de un safari de lujo en Botsuana, cazando elefantes, en compañía de su amante, en el peor momento de la crisis económica que azotaba al país, el goteo de noticias que han erosionado su figura no ha cesado.
Pero han sido las investigaciones sobre presuntos delitos fiscales y la percepción de comisiones ilegales tanto de la Fiscalía suiza, desde 2018, como de la Fiscalía española, desde hace tan solo dos meses, las que han terminado por abocar al exmonarca al extranjero, que representa el tercer acto del auténtico declive de su imagen pública.
El primer acto tuvo lugar el 27 de mayo de 2019, cuando anunció su retirada de la vida pública. Aunque no era público, para entonces Felipe VI ya hacía dos meses que había recibido una carta de los abogados de Corinna Larsen, examante de su precedecor, en la que le informaban de las cuentas opacas que Juan Carlos tenía en el extranjero.
El segundo se produjo el 15 de marzo de este 2020, cuando el país se encontraba inmerso en el shock del decreto del estado de alarma publicado un día antes y que establecía el confinamiento de la población para luchar contra el coronavirus. Entonces, Felipe VI anunció que retiraba la asignación económica a su padre (de casi 200.000 euros anuales) y que renunciaba a su futura herencia.
Continúan las investigaciones pese a la marcha del país
La salida del rey emérito del país no afecta a la marcha de las indagaciones de los Ministerios Públicos de Suiza y España. La investigación de las finanzas y las cuentas ocultas en paraísos fiscales por los delitos de fraude fiscal y blanqueo de capitales continuará como hasta la fecha.
Otro asunto es si el exmonarca decidiese sustraerse a la acción de la Justicia. Eso no sería posible si su destino fuese un país de la Unión Europea, como Portugal (donde residió de niño con su padre), u otros como Suiza (donde actualmente vive su hija menor), países que habrían sido vistos con mejores ojos por el Gobierno.
En el caso de República Dominicana sí existe un tratado bilateral de extradición con España desde la década de los ochenta, aunque el texto legal contiene una cláusula por la que no se procedería a la extradición si el delito hubiera prescrito en cualquiera de los dos Estados, por lo que existe la posibilidad de que no se llevara a cabo.